Vivimos en una sociedad cada vez más compleja, donde se experimentan permanentes cambios socioculturales en los que intervienen personas con diferentes orígenes y expresiones. Esto ha permitido una ampliación de los vínculos entre grupos culturales diversos, lo que exige tolerancia y flexibilidad para comprender y adaptarse a nuevas situaciones. En este sentido cobra gran importancia la educación intercultural, ya que supone una valoración positiva de la diversidad y respeto por las personas.
Cada ser humano es transmisor de su cultura, la cual se expresa como parte de su identidad. Lo cultural es aquello que cada persona es y manifiesta en las interacciones con los otros. Por lo tanto, la educación intercultural supone una reflexión y una práctica educativa que considere que la diversidad es lo normal en cualquier grupo.
Para promover la interculturalidad, los centros educativos deben estimular el respeto y valoración de la diversidad, cuyo objetivo es igualar las oportunidades de todos y todas.
Para promover la interculturalidad, los centros educativos deben estimular el respeto y valoración de la diversidad, cuyo objetivo es igualar las oportunidades de todos y todas.